Al llegar al hospital mi padre me ayudó a
bajar, la lluvia era intensa y el viento que hacía congelaba mis pestañas,
Justin y mi madre corrían hacia el interior del hospital, ella se encargaría de
_____ ya que en el camino Justin contó una parte de su historia, no de él, de
ellos, pero hay algo que me hizo sonreír “Una pizca de humildad cuando miraba
mis zapatos”, me reí al escucharlo, contó que los zapatos de él fueron de sus
primos, que cuando no les quedaban él los usaba y ella, siempre usaba esos zapatos
de charol nuevo, con su vestido a la medida, hermosa, y no lo dudo, Justin fue
un chico de pocos recursos, sus abuelos les dieron hogar y su madre, bueno
Pattie es una mujer increíble que aunque pase el tiempo siempre ama a Justin
como la primera vez que lo tuvo en sus brazos.
-Buenas señorita soy amiga de _____ ¿sabe si
está aquí? –Dije con miedo-
-Si –dijo revisando unos papeles- enseguida les
llamo al doctor para que les informe sobre su estado –dijo la señorita con una
cálida sonrisa-
Pasamos a la sala de espera y esperamos a que
viniera el doctor, me sorprendía en no ver a la mamá de _______ o a su hermano, sabía que ellos se pelearon
pero jamás creí que fuera para tanto, miré a mi madre que estaba bastante
preocupada, miré a Justin que estaba a mi lado y le dediqué una tierna sonrisa,
quería que se calmara, que no pensara nada malo, esperamos unos minutos más y
el doctor nos llamó.
-Amigos de la Sta. _______
-Dígame –dijo mi madre-
-_____ Se encuentra por suerte en una condición
estable, se golpeó la cabeza por suerte no causó daños mayores solo un hematoma
que estaremos revisando esta noche que no creo sea algo peligroso y si debo
informarles que la pierna de _______ perdió su movilidad en el accidente al
parecer causó una lesión en su rodilla y pierna, no la amputamos –todos
suspiramos- pero si les informo que debe aprender de nuevo a moverla sino si
sería más grave, solo es eso, no entiendo como sobrevivió si el camión casi que
despedazó su auto –dijo sin entender-
-Gracias doctor –dijo mi madre- ¿avisaron a su
casa? –dijo preocupada-
-Si, al parecer el joven que me atendió fue su
hermano me dijo que le informara a su madre pero ella no me contestó, el joven
se notaba preocupado no es de más que le informen de su condición, su familia
la necesita como ustedes –dijo retirándose-
-Escuchaste mi vida –dijo mi padre abrasándome
y besando mi cabeza- ella está bien, nuestro deber es cuidarla
-Su madre, ¿Justin conoces a la madre de ______? –preguntó curiosa-
-La conocí cuando vivía con su padre también, hace
años, lo último que supe antes de irme a Londres, fue que se separaron y ella
quedó con su padre –dijo mirándola-
-¿Y él, donde vive? –Preguntó esta vez mi
padre-
-Seattle, vivía en Canadá pero por condiciones
económicas y una beca todos nos pasamos a Seattle –dijo sonriendo-
-Eras un geniecito entonces Bieber –dijo mi
hermano riendo-
-Si –rió- pero no lo divulgues –dijo serio-
-Tranquilo que me parece estupendo que eras así
-Pueden pasar a ver a _____ -dijo el doctor
salir de la habitación-
Todos entramos a verla, su cuarto estaba lleno
de máquinas, de radiografías, me asusté al verlo, ya había estado en esto
antes, ella podría superarlo, nos acercamos más a ella y una máquina la
mantenía respirando mientras ella mantenía sus ojos cerrados, una lágrima cayó
por mi mejilla al ver su cabeza vendada y su pierna enyesada con un material
suave por la operación en su pierna, tenía miedo de que no volviera a caminar,
necesitaba que caminaba, algo estaba por venir, ella, él, tal vez no
sobrevivan.
-Tienes que despertar –dije acariciando su
cabello- Me asustaste mongola –reí- tienes que superar todo –dije limpiando las
lágrimas que caían por mi mejilla- Fuerte pequeña –dije dándole mi mano y luego
la solté-
-Dejémoslos solos –dijo mi madre al ver como
Justin la miraba-
Salimos todos dejándolos ahí, sentía el dolor
de Justin, él la amaba a pesar del tiempo que había pasar entre ellos, él ya no
era un chiquillo todo cambia, él lucharía por ella, lo sabía, y ella por él,
pero ______, ella no sabe que el mayor peligro de ella, es él.
Narra Justin
Mi _____, ella, con sus cabellos negros, su
piel blanca, pálida, me dolía verla así, verla conectada, sus manos con agujas
que la alimentaban, saber que tal vez no vuelva a caminar, la amaba tanto que
dolía, no quería que nada le pasara pero pasó, mi enemiga, mi amada, su
historia, cada parte de ella es como un cuento en cada palabra, como contar sus
lunares.
-Despierta –le susurré dejando de ser fuerte y
derramando una lágrima- Sabes que te necesito, que te perdí y que no quiero
volver a eso, Te Amo –le susurré- y lo haré así tenga que morir, te acuerdas,
¿para siempre?, tal vez tu no lo recuerdes pero yo sí, es mi recuerdo favorito,
despierta y lo recordaremos juntos –dije entrelazando su mano con la mía-
-Justin –dijo ahogándose con el aire que
recibía-
-Espera –dije quitándole la mascarilla para que
respirara mejor- listo –dije sonriéndole-
-¿Qué me paso? –Dijo inocente-
-Tuviste un accidente –dijo triste-
-Los frenos –susurró-
-¿Qué? –dije sin escucharla-
-Los frenos del auto –dijo con dolor- no
servían –susurró-
-¿Segura?
-Si –dijo agarrando su cabeza en un susurro
ahogado-
-Justin mi pierna –dijo derramando una lágrima-
-Tranquila, aprenderás a moverla de nuevo
-Mi pierna –gritaba en susurro, yo la escuchaba
su voz apenas y salía-
-Tranquila todo saldrá bien, ten fe –dije
abrasándola y ella aferrada a mí-
-Justin… -dijo mirándome-
-Dime –dije con media sonrisa-
-Te Amo –susurró con sus ojos cerrados-
-Duerme –dije besando su mano-
-me miró detenidamente- Así no podré irme ¿o
sí? –rió-
-negué con mi cabeza riendo- te quedaras
conmigo espero y no sea una tortura ¿o sí? –dijo riendo-
-asintió con su cabeza con una sonrisa y los
ojos cerrados-
-Tengo miedo –le confesé-
-Yo también –susurró-
-¿Y ahora? –me atreví a decir-
-Ahora solo esperar Justin, nosotros no podemos
estar juntos, nunca debimos estarlo, todo esto es una simple confusión –susurró
cerrado sus ojos con fuerzas de seguro el dolor de cabeza la estaba matando-
-No digas eso que yo te necesito, te necesitaré
por siempre –dije acercándome a ella acariciando sus cabellos-
-Justin no –susurró- sabes bien que… -le
costaba respirar-
-No lo digas por favor –dije acercándome
inmediatamente a ella-
-Tú lo sabes bien –dijo ella abriendo sus ojos
susurrándome-
-Lo sé, ¿pero que hicimos mal? –dije
cuestionando agachando mi cabeza-
-Nada, absolutamente nada –dijo con una sonrisa
que juré que había salido el sol-
-No te alejes –dije besando su mano-
-No quiero pero debo, no quiero que te pase
algo –dijo entrecerrando los ojos-
-Ya me pasó, mira estás aquí, _____ no convivo
sin ti, si te pasa algo muero ¿no es fácil entender eso? –dije con enojo por la
terquedad-
-Descansemos, estaremos mejor en la mañana
–dijo ella cerrando los ojos dejando caer una lágrima al borde de su mejilla-
Narra Caitlin
-¿Hey eres el hermano de ____? –dije mirando a
un chico preocupado llegar-
-Si ¿y tu eres….? –dijo mirándome-
-Caitlin… Caitlin beadles –dije mostrando una
media sonrisa- supongo que quieres saber el estado de tu hermana
-Sí, ¿Cómo está?, no he podido presentarme
antes por mi tía pero como está ella –dijo en tono de súplica-
-Mejorando –dije de inmediato- está bien –le
aseguré- sus piernas…
-No me digas… -dijo negando con su cabeza-
-No puede sentirlas pero el doctor aseguró que
si ella pone de su parte podrá caminar de nuevo –dije pasando un trago amargo
de saliva por mi garganta-
-De seguro se podrá a negar todo –rió- ella
siempre fue así, cuando se quebró su bracito derecho dijo que no volvería a
escribir, negativa –volvió a reír-
-reí- Kevin, ¿puedo preguntar por tu mamá?
–dije nerviosa-
-Está en casa –dijo medio enojado-
-¿Pero ella…? –dije dando a entender con mi
rostro-
-No, mi hermana para ella es una carga la
quiere estoy segura de eso pero ella estaría mejor con papá estoy muy seguro
–dijo mirándome con sus ojos celestes-
-Kevin ¿y tú?, ¿conoces a tu padre?, he sabido
que siempre has vivido aquí
-Si lo conozco es porque viajaba con mi
hermanita a verme pero tras el episodio del divorcio nunca más, vivo con mi
madre desde que tengo uso de razón y de él no sé nada la única es ______, ella
me cuenta como es él y que decía de mí, por Skype hablamos ella y yo pero justo
cuando iba a traer a mi padre mi madre aparecía y apagaba mi laptop para no
verlo, triste ¿no? –Dijo en tono de risa pero de enojo por su madre-
-Cuanto lo siento –dije agachando mi rostro-
-Tranquila –dije con media sonrisa alzando mi
rostro- ahora dime, _____ está bien acompañada ¿no es así? –dijo pícaro a lo
cual yo sonreí-
Narra la escritora
Y así paso la noche, larga, Chris decidió no ir
a su partido para acompañar a la amiga de su hermana, los padres de Caitlin
decidieron tornarse el turno para vigilarte de vez en cuando, Kevin estaba
atento del doctor para él ver a su hermanita, a su pequeña en el hospital era
como una estaca en el corazón, él amaba a ______ por sobre todas las cosas, no
iba a perderla, eso no, pero que ella no volviera a caminar es un tema que
tocaba a todos, no sabrían cómo se lo iba a tomar la propia ______, siempre
había sido muy terca, le gustaba hacer las cosas a su manera, si bien recuerda
su hermano es que nunca le agradeció por ayudarla con sus tareas todo era ella
sola, habían veces que se estresaban todos porque la pequeña tenía sus clases
de ballet y no permitía que le ayudarán, porque ella, nadie más que ella era la
que debía superarse, era de envidiar esa actitud pero eso, eso creo su mayor
temor, la soledad y desde ahí, apenas a sus 4 añitos empezaba su historia una
historia que ahora parece el fin pero que apenas, empezaba.
12:00 a.m
-Papi, ¿Dónde estás?
-¿Cuándo durará así? –Dijo mi padre-
-Unos cuantos meses, su terapia ha sido muy
larga y al parecer no tiene cura –dijo mirándome por una ventana oscura-
-¿Hola? –gritaba encerrada en esas cuatro
paredes, a oscuras, mis brazos amarrados como si fuera culpable de un delito,
no sabía que pasaba y el temor, el temor era lo que me mataba- Papá –gritaba a
mas no poder- Papá ¿Dónde estás?, no me dejes aquí, no otra vez –grité buscando
alguna luz pero no la había- Me prometiste que hoy vendrías por mí –grité con
mi voz ronca por el nudo en mi garganta- No me dejes sola –dije arrecostandome
en una orilla- por favor –le exclamé mi dolor-
-Debo ir a verla –dijo mi padre corriendo a la
salida-
- Venga que usted no va a ningún lado –dijeron
unos guardias en la puerta-
-Papá ¿Por qué estoy aquí?, ¿por qué no te
puedo ver? –Grité buscándolo por todos lados-
-Denle una doble dosis de risperdal por favor
–ordenó a uno de los jóvenes-
-No –dijo mi papá haciéndolos detenerse-
-Vayan –volvió a ordenar esta vez con enojo-
entienda que es lo mejor para su hija
-Papá –dije al ver la puerta abrirse- ¿Quiénes
son ustedes? –Dije con media sonrisa- ¿me van a sacar de aquí? –dije feliz
intentando levantarme-
-Agárrenla, ábranle la boca –ordenó un joven a
los dos mastodontes que me agarraban a la fuerza-
-Listo –dijeron dejándome caer al piso-
-No esperen llévenme con ustedes –dije con
desesperación pero cansada-
-Adiós loquita –dijo uno al salir y escuché a
los demás reírse con él-
-No estoy loca –susurré para mí misma- no estoy
loca, no estoy loca, no estoy loca –dije recogiendo mis piernas y ocultando mi
rostro en ellas-
-Hija –gritaba mi padre por la ventana
dejándose caer al suelo como sus lágrimas sobre sus mejillas-
1:30 a.m.
-1, 2, 3… -contaba un doctor- despejen –y puso
su desfibrilador sobre mi pecho haciendo que mi cuerpo brincara-
-Su puso está en 12 –dijo la enfermera-
-De nuevo… 1, 2, 3, despejen –y puso de nuevo
en aparato en mi-
-En 64 –dijo la enfermera-
-Uno más –gritó el doctor- 1, 2, 3, despejen –y
mi cuerpo brincó por tercera vez pero esta vez mis ojos se abrieron por
completo-
-Listos –dijo el doctor- a ver –dijo cogiendo
el pequeño foco revisando mis ojos- pupilas dilatando nuevamente en condición
normal, poca fiebre no es serio –agarró mi rostro- estarás bien pequeña –dijo
acariciando mi mejilla y sonriendo solo podía verlo borroso mis ojos
entreabiertos me dolían y no podía ver bien-
-Familia o amigos de la señorita ______ -dijo
llegando firmando unos papeles que luego se los entregó a la enfermera-
-Es mi hermana
-Bueno ella tuvo un paro cardíaco hace unos
minutos, creemos que se debe a su golpe, ahorita tiene fiebre es poca la verdad
antes de salir le dimos un antibiótico, sus piernas, ok este es el problema,
ellas están intactas no hay hematomas solo unos que otros pero no uno que quede
de por vida pero sus huesos en si están totalmente fracturados, sus piernas
están enyesadas le damos unos seis meses de recuperación, terapia física y
mucha paciencia –dijo el doctor para todos con una media sonrisa-
-¿Cuándo saldrá de aquí? –Preguntó Caitlin-
-rió- mañana mismo si es posible se va de aquí
–volvió a reír- bueno me retiro –dijo haciendo un gesto con su cabeza-
-Doctor la señorita _____ está delirando pero
pide a su papá –dijo triste-
-el doctor volteó su rostro y ellos se vieron
entre si-
-Iré yo –dijo Kevin-
-Bien pase adelante –dijo el doctor dándole
compermiso y él siguió su camino-
Kevin entró al cuarto de su hermana, ella
estaba conectada a una máquina pendiente de ella, de cada movimiento de su
corazón, Kevin al entrar cerró la puerta y caminó lentamente hacia su
hermanita, la tomó de la mano y la besó, la puso sobre su mejilla y la miró
durante varios segundos, trataba de pensar que ella no se encontraba ahí, que
todo lo que veía era un tonto espejismo, un mal sueño, que su hermana se
encontrara riendo, pero no, nada era eso, esto, lo que él veía era la realidad,
una cruel y dulce realidad, su hermana sollozaba aún, no sabía que todo lo que
antes pasó fue solo un sueño, un recuerdo, un recuerdo de su primera vez con la
magia, ese duro y gris día en él que su padre luchaba por curarla de una
“esquizofrenia” pero lo que en realidad tenía era miedo, esa pequeña de ojos
violetas lo único que tenía era miedo, nerviosa por salir de ese lugar, tocar los
rayos de sol con sus manitas, escuchar los secretos que el viento le debía
contar, escuchar la voz de su padre de nuevo, la melodiosa voz de ese hombre
que ella creía y cree su héroe, ese hombre que por miedo a perderla la sometió
a las cadenas de cuatro paredes, mil historias en ella, en esa pequeña que
ahora estaba acostada en aquella fría cama, al borde de la muerte, sin poder
caminar o gritar, no del cansancio sino, de ese mismo miedo infernal, esa
impotencia de no poder hacer nada, ese miedo que recorre cada rincón de su
cuerpo y ese temor, ese puto temor, de perder a quién ha amado por años.
-Hermana, hola –dijo entre sollozos-
-Te extraño –dijo rompiendo en llanto-
-Kevin –dijo ella entre susurros-
-Hermana –dijo levantando su rostro de
inmediato-
-¿Por qué lloras? –preguntó con sus ojos aún
cerrados-
-No lloro –dijo limpiando sus lágrimas-
-No me mientas, que esté inválida no significa
que no pueda distinguir –rió al final-
-No estás inválida –besó su mano- verás que
caminaras pronto –sonrió entre sus lágrimas-
-¿Tú crees? –dijo esperanzada-
-Si –rió y besó su frente-
-Sabes, extraño a papá, hay que llamarlo –dijo ella
ansiosa-
-Pero él vive muy lejos _____ -dijo Kevin
desconcertado-
-No seas así, mira que tú también necesitas
verlo –dijo abriendo sus ojos lentamente-
-Pero… -tocaron la puerta-
-_____ -dijo un chico al entrar-
-Justin –dijo mirándolo-
-Pequeña aquí está alguien que necesita verte
¿puedes? –dijo con una sonrisa-
-Dime, ¿quién es? –dijo ella emocionada-
-Soy yo…
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Hola lindas volví :)) espero les guste y a comentar mucho, voten porfiiis y si quieren que les dedique un capitulo con gusto lo hago <3
Carmen maria: Holii que bueno que te pasaras espero ver tus comentarios muy seguido :))